Por: Norma Melara

 “Cuando hablas,

solo repites lo que ya sabes;

pero cuando escuchas,

quizás aprendas algo nuevo”.

Dalai Lama

Mario Roberto, expresa lo siguiente:

“Desde que entré al programa de prácticas restaurativas en mi escuela, mi forma de ver los problemas cambió por completo. Ya no se trataba de quién tenía la culpa o quién tenía que recibir un castigo, sino de cómo reparar el daño y restaurar las relaciones.

Recuerdo una ocasión en la que tuve un fuerte encontronazo con un compañero de clase. Ambos estábamos compitiendo por el mismo puesto en el equipo de fútbol y las cosas se salieron de control. Dijimos cosas hirientes y terminamos empujándonos.

En lugar de suspendernos o enviarnos a la dirección, la escuela decidió aplicar una práctica restaurativa. Nos reunimos en un círculo con la facilitadora, quien nos guió a través de un proceso de diálogo y reflexión.

Primero, cada uno tuvo la oportunidad de expresar cómo se había sentido durante el conflicto. Yo me sentí humillado y enojado, mientras que mi compañero se sintió triste y decepcionado. Luego, la facilitadora nos preguntó qué daño habíamos causado y cómo podíamos repararlo.

Ambos reconocimos que nuestras palabras y acciones habían dañado la relación que teníamos. Decidimos disculparnos sinceramente y buscar una forma de trabajar juntos en el equipo de fútbol.

Al final de la práctica restaurativa, no solo habíamos resuelto el conflicto, sino que también habíamos aprendido una valiosa lección sobre la importancia de la comunicación y la empatía.

Desde entonces, he participado en otras prácticas restaurativas y he visto cómo pueden transformar la forma en que se resuelven los problemas en la escuela. En lugar de un ambiente de miedo y castigo, se crea un espacio de diálogo, comprensión y reparación.

Creo que las prácticas restaurativas son una herramienta poderosa para construir relaciones positivas y fortalecer la convivencia escolar. Estoy seguro de que me seguirán acompañando en mi camino como estudiante y como futuro ciudadano”.

Teniendo en cuenta la narración anterior, me adentro en mi propia experiencia: En mi juventud durante muchos años realicé los Ejercicios Ignacianos y dicha experiencia me ayudó mucho. Luego, en el 2019 los ejercicios que desarrollé como practicante restaurativo me recordó, que llevaba un diario y como dice San Ignacio de Loyola, ayuda mucho el escribir nuestras vivencias diarias es uno de los tips que San Ignacio nos invita a aplicar, con particular atención, dentro de los Ejercicios Espirituales y que luego se convierte en una herramienta privilegiada para ayudarnos a cuidar, en la vida cotidiana, las gracias que cada día siembra Dios en nuestra vida…

Para ejemplificar, realicé mi diario de la semana. Tomando la herramienta del cuadro NER (Novedad, Énfasis, Relación) con el cual cumplí mi aventura. Reflexionando lo siguiente:

Algo que me di cuenta, que es nuevo en mi percepción de mi o de otros, estoy realmente preocupada por la situación de vulnerabilidad en mi país, con mi gente, con mi pueblo.

En lo personal, siempre he estado alerta en los diferentes acontecimientos que ha sufrido nuestro país y otros países. Por ese motivo, siempre formo parte de colectivos y movimientos, con la finalidad de ser solidaria y así colaborar. Nunca he estado sin ser solidaria.

El ejercicio me lleva a otro sitio, cuál es la relación, conexión que hago con…(lo que surja). A partir, de esta situación estoy en contacto con mi familia. Aprovechando la oportunidad que Dios y la Vida me han dado de disfrutar con mis seres queridos.

En una de mis prácticas realizadas en el proceso de prácticas restaurativas y como en el aprendizaje adulto, en el que más que una tarea, nos embarcamos en una aventura para llevar más allá del momento de cada sesión, lo aprendido a nuestra vida y contexto. Realizar mi aventura en cada módulo fue un reto:

Algunas preguntas restaurativas que realicé en uno de los ejercicios para la persona afectada por las acciones de otros, son las siguientes:

¿Qué pensó cuando se dio cuenta de lo sucedido?

¿Qué impacto ha tenido el incidente sobre ti y otros?

¿Qué ha sido lo más difícil para ti?

¿Qué necesita suceder para que las cosas queden bien?

¿Cómo he transformado mi comunicación esta semana y cuál ha sido el efecto en mis relaciones?

Centroamérica, es una región marcada por la violencia histórica, social y económica, se encuentra en un punto crucial donde la juventud tiene la oportunidad de tomar las riendas del futuro y construir un camino hacia la no violencia activa.

¿Qué significa no violencia activa?

No se trata solo de rechazar la violencia, sino de actuar proactivamente para construir una sociedad más justa, equitativa y pacífica. La no violencia activa implica:

• Denunciar las injusticias y luchar por los derechos humanos.
• Promover la educación para la paz y la resolución de conflictos no violentos.
• Participar en la construcción de una cultura de diálogo y tolerancia.
• Ser agentes de cambio en sus comunidades y en la sociedad en general.

La juventud centroamericana: Una fuerza para la no violencia

Las y los jóvenes de Centroamérica son una generación vibrante, creativa y comprometida. Poseen la energía, la pasión y la visión necesarias para construir un futuro mejor.

¿Cómo puede la juventud actuar como agente de cambio?

• Organizándose y movilizándose en torno a causas comunes.
• Utilizando las redes sociales para difundir mensajes de paz y no violencia.
• Participando en proyectos de desarrollo comunitario que promuevan la inclusión y la justicia social.
• Exigiendo a sus gobiernos que implementen políticas públicas que fomenten la paz y la no violencia.

En el evento “Somos una generación con memoria”, Maria Luisa Mendez, directora de Paz Joven expresó:

“El Conflicto Armado Interno es una época marcada por mucha desigualdad, discriminación y racismo que han sido problemáticas estructurales que han evidenciado la necesidad de seguir involucrando a las juventudes a través de la participación ciudadana, un liderazgo transformador en la búsqueda de verdad y justicia, y en la construcción de una cultura de paz en sus luchas presentes y futuras.” 

Un llamado a la acción

La no violencia activa no es una utopía, es un camino que se construye paso a paso. Es un compromiso que requiere valentía, determinación y esfuerzo.

La juventud centroamericana tiene el poder de transformar la región. Es hora de unir fuerzas, alzar la voz y actuar para construir un futuro sin violencia.

Juntas y juntos, podemos construir una Centroamérica más justa, pacífica y próspera.

¡No te quedes de brazos cruzados! Únete al movimiento por la no violencia activa.

Recuerda:

• La no violencia es una herramienta poderosa para el cambio social.
• La juventud tiene el potencial de construir un futuro mejor.
• Todos y todas podemos ser agentes de cambio.

¡Súmate a la construcción de una Centroamérica sin violencia!